martes, 11 de julio de 2017

Reseña: Orfeo y Eurídice

Eran las 22:00 cuando estaba saliendo para ir a el teatro, y comenzó a llover, abrí orgullosa mi paraguas de colores, pensando que él me iba a resguardar, pero no fue así, y mientras mi ropa se inundaba, lo único que pensaba era : “Espero que esta obra valga la pena”. Porque lo único que quería en ese momento era estar en mi cama tapada hasta la cabeza.




Una mujer lucha por desconectar a su amada, quién se encuentra en coma vegetativo debido a un accidente de tráfico. Los médicos quieren impedir que muera, aunque solo sea un cuerpo inerte.

Basada en el caso de Eluana Englaro, quién en un accidente automovilístico queda en coma vegetativo. Ante su situación irreversible, el padre apoyó la posibilidad de suspender el suministro de alimentos para así, dejarla morir. Según él, ella le habría expresado ese deseo en caso de algún día quedar en coma o en estado vegetativo. Sin embargo el caso generó mucha controversia hasta llegar al ámbito político y judicial.

El mito de Orfeo y Eurídice, trata de un músico que al perder a su amada, cae en la más profunda desesperación y decide viajar a los infiernos para que le devuelvan a su amada. Consigue hacerlo, a cambio de una condición, que no voltee a mirarla en el camino de vuelta a la luz. Orfeo no aguantó, y da vuelta para verla, Euridíce se desvaneció para siempre.
Habla de la relación entre el amor y la muerte, del luto, de decidir aceptar o negar una perdida.

La obra comienza cuando Caronte (quién en la mitología griega era el encargado de guiar a los difuntos de un lado a otro del río) en un monologo con un pronunciado acento norteño, nos cuenta sus historias.
Un cambio de luz nos permite  reconocer el espacio, una tela atravesada en diagonal que va de una cama a una silla. Liza, una porteña que está de vacaciones, y Sofía quién estaba paseando por su pueblo, se encuentran mientras coinciden al sacarse una foto en un bello paisaje de Tucumán, porque – si uno está solo el paisaje se entristece- . En ese momento algo sienten, y pese a los prejuicios regionales y -sin saber que decir para decir lo que sienten- comienzan una relación. Ellas se hacen una promesa, si a alguna le llegase a pasar algo y quedará imposibilitada de decidir, la otra la ayudaría a morir, jamás creyeron que eso realmente pasaría. Liza tiene un accidente automovilístico, y queda en estado vegetativo, tal como Eurídice, ni viva ni muerta.

Los años van pasando y no hay mejorías, Sofía lucha contra los médicos y la justicia por cumplir la promesa que alguna vez se hicieron, aunque si ella se va, se quedará sola la foto.

¿Permitir morir, significa matarla? ¿Se interrumpe la cura o la vida? ¿Cuál es el umbral en el que la ciencia debe ceder su lugar a la naturaleza y resignar a la muerte?
Estas son algunas de las preguntas que se plantean en esta conmovedora obra.

Caminatas en cámara lenta, historias fotografiadas, diagonales de telas, manipulación de objetos, e inmensos pequeños detalles son los que expone la impecable dirección de Brie, mientras que Sofía Diambra y Liza Taylor, dos actrices que se despliegan en un escenario sin límites, nos ofrecen una hora de una obra que logra, además de emocionarnos, replantearnos la vida y la muerte

Y sí, valió la pena ese terrible viaje invadido de agua.




Ficha Técnica:
Director: César Brie 
Autor: César Brie 
Actúan: Liza Taylor y Sofía Diambra 
Prensa: Simkin & Franco 
Música original: Pablo Brie 
Duración: 60 minutos.
Viernes 23:00 hs.
General: $ 250
Est. y Jub. (presentando acreditación): $ 180
Promo 2 x $350: $ 175
Teatro: El Extranjero (Valentín Gómez 3378)


                                               Julieta Ale

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