domingo, 2 de julio de 2017

Reseña: "Chicos Malos" de Gabriel Gávila

Chicos Malos de Gabriel Gávila ha sido un suceso que se ha presentado cada viernes en el espacio La sodería con gran éxito en sus dos temporadas. Si bien esta ha sido la última función, no se descarta la posibilidad de que la puesta regrese debido a su convocatoria, además de que forma parte de una trilogía iniciada con Chicos lindos y finalizada con chicos feos, que se encuentra actualmente en cartelera.


La obra plantea un universo de seducción y sexualidad, en una atrapante trama que ficciona un ensayo de un espectáculo con pretensiones de ser un gran show. Lo cierto es que queda a mitad de camino por la rebeldía de uno de sus integrantes, quien frustrado y paralizado por la languidez posmoderna, sumerge a todos en la búsqueda de la verdad y la originalidad. “Chicos malos” no tiene historia, pero sí elementos “reales” para exponer verdades. 
Desde un comienzo, la obra intenta denotar el significado de la palabra show, definiendola como una cosa o acción que logra llamar la atención o armar un escándalo  La presentacion de estos hombres hace que se exagere la representación de esta definición de show, otorgando el sentido de que para tener éxito hay que responder a las demandas del público.  El lider de este ensayo insiste en que no se debe menospreciar las necesidades del público,  de darle lo que mas quieren lo cual son sus consumos preferidos , en este caso el sexo y la exhibición de cuerpos. Es así que mediante los ensayos los personajes comienzan a indagae sobre sus virtudes, deseos y miedos, intentando mostrar un poco mas alla de la etiqueta de "macho" u objeto de deseo que reflejan ante el publico. Más alla de ello el show continua, como una performance algo freak y encendida a la vez, el público ve lo que pide ya que por algun motivo han asistido a una obra de teatro cuyo poster es un hombre musculoso y semi desnudo , y es algo de lo que la puesta se burla y lo incluye para el disfrute con la interacción de la gente presente. Desde el recibimiento, los actores hacen todo lo que está en su alcance para incluir al público en su espacio intimo, haciéndolos sentir cómodos preparándonos para lo incómodo, como la desnudez que uno espera ver pero tiene verguenza de gozarlo. El show es totalmente deshinibido, por eso es gratamente disfrutable, nos divertimos  con estos chicos malos , que hacia al final sacan su lado más humano haciendo denotar de que no todo pasa por la imagen pero a veces resulta muy importante y dificil escapar de ella. 

Los actores están totalmente deshinibidos en lo que quieren mostrar, si bien la obra tiene una estructura ya definida, las pequeñas interacciones que se tienen con el público hace que los actores tengan que resolver infinitamente lo que el espectador pueda responder. Un momento particular en esta función ha sido cuando uno de los actores se ha acercado a un espectador, seduciendolo desde el argumento de la obra, y lo que pudo haber sido un momento de intimidación fue todo lo contrario. La acción de este hombre al retrucar el acto atrevido del chico malo ha hecho que este accione, que el público se ría y la obra continúe perfectamente como se estaba planeado. La obra tiene como objeto la exposición de los cuerpos y los hombres que hay en el, los actores han comprendido perfectamente ese concepto y han jugado con gran soltura y carisma.
Si es cierto que la trama, la temática y los recursos escenicos son orientados a un público gay friendly. También se nota que los actores reconocen al tipo de público con el que se van a encontrar en la sala. De todos modos esta puesta sirve como una parodia a este ambiente, disfrutable como una experiencia teatral más alla de su temática.  El director Gabriel Gávila logra incluir muchos recursos teatrales a pesar de que no se posea una estructura argumental definida. A veces es solo un show, que utiliza los cliché de la cultura popular para atraer al público,  en otro momentos hace una parodia al ambiente de la farándula,  a la cruda realidad sobre la busqueda del éxito y la necesidad de ser algo más que un cuerpo tallado a mano. Todo eso se presenta con gran ingenio, sin olvidarse de que esto se trata de un espectáculo  que busca ante todo entretener al público. 
Chicos Malos es una obra que ha sabido encontrar los rescursos para mostrarse como una puesta interesante, atrevida y sobre todo entretenida. Se entiende perfectamente lo que el público quiere ver y ellos lo ofrecen todo , debido a ello es el exito que han cosechado. Se queda a la espera de que estos muchachos puedan volver a escena para brindar a la gente un espectáculo que le hace un gran honor a la definición de show.

Actores:
PERSPICAZ: Axel Hahn.
ALTRUISTA: Matías Iván Rodríguez.
FREAK: Javier Roldán.
ANFIBOLÓGICO: Emmanuel Martínez.
QUIMÉRICO: Gerónimo Campese.
ESPURIO: Juan Felipe Peláez.
DECHADO: Lucas De Stasio.
PRETORIANO: Rodolfo García Werner.


Ficha Técnica:
Autor y director: Gabriel Gavila.
Productores ideame: Familia Hahn.
Fotografía: Leandro Rodríguez PH.
Make up: Melina Acuña.
Vestuario: Ana Mastroberti.
Diseño lumínico y Operación Técnica: Lucas Ontivero.
Comunicación audiovisual: Emmanuel Martínez.
Coach físico y coreográfico: Alexis Losada.
Stage manager y selección musical: Joaco Balverde.
Prensa: "Cakatúa Prensa"

Links relacionados:
Facebook : Chicos Malos
Twitter : @chicosmalosarg
Instagram: @chicosmalosarg


LOCALIDADES: GENERAL $180 – JUBILADOS Y ESTUDIANTES: $150 | Viernes 21.30hs. Espacio Artistico "La Sodería". Dirección: Vidal 2549, Belgrano (CABA)

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